Uno de los primeros dramas coreanos que
vi, hace poco más de 12 años, fue ‘Full House’ (2004) con Rain y Song Hye-Kyo.
Recién estaba ‘entrando en el mundo doramero’ y la vi porque me la recomendaron.
Aunque me pareció que Rain gritaba mucho (Jejeje), la encontré refrescante,
divertida y liviana.
La historia está basada en el ‘manhwa’
del mismo nombre, escrito e ilustrado por Won Soo-Yeon y que fuera publicado en
el 2002. El drama, de 16 episodios, se transmitió por KBS2 del 14 de julio al 4
de septiembre.
Resultó ser un drama de esos que arrasan
con la audiencia. En Corea un drama se considera exitoso si la audiencia pasa
del 20%. Pues ‘Full House’ obtuvo 25% en su primer episodio y fue aumentando ininterrumpidamente
hasta alcanzar 42% en su último episodio. Así de exitosa fue. Y no hablemos de
los premios.

Fue tan exitosa que se han hecho varias
adaptaciones. Hay versiones filipina (2009), vietnamita (2010), camboyana
(2014) y turca (2015) También los productores del drama taiwanés ‘Smiling
Pasta’, dicen que es la versión taiwanesa de ‘Full House’. Nada, que la
historia es bastante similar.
Hay una versión china grabada en el 2015
que anunciaron para el 2016, pero todavía no la han transmitido. Ahora aparece
para el 2017 pero todavía no se sabe cuándo será. Se ve interesante; veremos
qué tal resulta. Aparentemente también habrá una versión pakistaní.
Tengo que ser sincera; no estaba en mis
planes ver ninguna de las adaptaciones porque suelo preferir las producciones originales.
Es que cuando se hacen versiones de algún drama que ya he visto, inmediatamente
empiezo a compararlos. Aunque trato de verlas sin ningún tipo de expectativas,
voy medio prejuiciada y tiendo a ser muy crítica.

Me picó la curiosidad. Así que acabé
viendo la versión tailandesa, que tiene 20 episodios. Tengo que confesar que me
destrozó la teoría de que la original siempre es mejor. Al final, la tailandesa
me gusta más. Opps!
En la coreana, Han Ji Eun, es una
aspirante a escritora que vive en la casa que su papá construyó. Es súper
desordenada y descuidada; aunque después cambia. Sus amigos, que van a tener un
bebé, le hacen creer que se ganó unas vacaciones a China y cuando ella se va,
ellos venden la casa.
En el avión ella conoce al famoso actor
Lee Young Jae, que es su compañero de asiento. Él va a China a trabajar.
Comienzan a chocar desde el principio. Cuando ella llega al hotel, no tiene
reservaciones ni nada. Allí conoce a Yu Min Hyuk, que resulta ser amigo de Lee
Young Jae.

Cuando regresan a Corea, las cosas se
complican porque ella descubre lo de la casa. No conforme con eso, le vaciaron
la cuenta de banco. Luego se entera que se la vendieron al representante de Lee
Young Jae.
Young Jae, Min Hyuk y Kang Hye Won, que es una diseñadora conocida, son amigos desde pequeños. Young Jae siempre ha estado enamorado de Hye Won, pero ella ha estado enamorada toda la vida de Min Hyuk. Min Hyuk
regresa a vivir a Corea y Young Jae lo ve abrazado a Kang Hye Won; aunque sólo era un abrazo de amigos.
Entonces llama a Ji Eun, le compra ropa y
la invita a cenar; pero lo que quería era confrontarla con Min Young y Hye Won,
pensando que se armaría un drama. Es que seguía pensando que Min Young había
abandonado a Ji Eun. Acaban mal porque él se da cuenta que ella mintió.
Él se muda a la casa y se encuentra con
ella. Allí las cosas se complican. Luego de botarla varias veces, llegan a un
acuerdo y la contrata como empleada doméstica.

Entonces Hye Won, molesta, va a encarar a
Young Jae. Ahí él le dice que la que le gusta es Ji Eun y la besa. Los
fotógrafos hacen fiesta. Al final acaban firmando un acuerdo para un matrimonio
de conveniencia. Ella lo ayudará a él y al final de los seis meses, que después cambió a tres años, él le
devolvería la casa.
Empiezan a ‘interpretar’ su papel y en el
camino se van enamorando. Pero Hye Won, que es como el perro del hortelano,
comienza a no perderle “ni pié ni pisá” a Young Jae y él, que siempre estuvo
enamorado de ella y que le había prometido que siempre cuidaría de ella, la
continúa frecuentando.

Ji Eun hace que Young Hae vuelva a
reconciliarse con su papá. Nada, nada; cuento largo corto. Se descubre que el
matrimonio es arreglado. Él hace una conferencia de prensa explicándolo todo y
luego desaparece. Regresa al tiempo y le confiesa su amor. Tan, tan y se casan.
Confieso que me gusta más la versión
tailandesa. Le hicieron algunos cambios y resultó más redonda. Pareciera que buscaron mejorar lo que no cuadraba bien en la historia original. Por ejemplo, en
la coreana, los personajes de la amiga y del esposo son medios imposibles. En
la tailandesa es algo más creíble, y la verdad es que no son tan odiosos,
aprovechados y abusadores.

Eso sí, al ser una colaboración
tailandesa coreana, parte se grabó en Corea. Así que hay cuatro viajes a Corea;
cuando se conocen, cuando se van de luna de miel, cuando graban un comercial y
cuando se reconcilian.
Algo que me encantó en la tailandesa fue
el uso del banco. A través de la historia se va mostrando cómo va cambiando su
relación. Al principio cada uno se sentó a cada extremo del banco. Después se
sentaron más cerca y la última vez que lo presentan él está recostado en ella y tomados de la mano. Así fue madurando su relación.
Y si Rain y Song Hye-Kyo tienen química y
se ven muy bien, en la versión tailandesa los protagonistas, Mike Pirath
Nitipaisankul y Aom Sushar Manaying, la triplican. La pareja es adorable y
muy querida en Tailandia. Más de uno quisiera que fueran pareja en la vida
real. Al final, quien sabe; porque a la verdad su interacción es súper natural.
Nada, que la versión tailandesa de ‘Full House’ vale la pena verla. Realmente es buenísima. Así que, la recomiendo a ojo cerrado. Nada, que como la tailandesa me destrozó la teoría de que la original siempre es mejor, pues estoy pensando darle la oportunidad a par de versiones más. Aunque me parece que a la tailandesa, ninguna la podrá superar.
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